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¿Conoces las perlas de Tahití? Y si te decimos, ¿la perla negra? Quizá te resultará familiar por la película de Piratas del Caribe, ¿no es así? Las perlas de Tahití también se conocen como la perla negra y se debe al color tornasolado oscuro tan particular. De hecho, ese color solo se forma en los Mares del Sur, por lo que la perla de Tahití cuenta con un reconocimiento oficial de autenticidad. Sin duda, es verdaderamente especial.
Antiguamente suponía un símbolo de pureza y virtud, altamente apreciadas en Oriente Medio y Asia al tratarse de una de las primeras joyas que el hombre utilizo para ornamentar su cuerpo.
En 1961 se originó la primera perla negra en una laguna de la isla de Bora-Bora empleando las técnicas de injerto originarias de Japón. Gracias a este primer experimento, el resultado fue 100% satisfactorio, por lo que se decidió extender esta técnica para obtener perlas de las ostras, a varias islas del archipiélago de Tuamotu, al noreste de Tahití (Manihi, Marutea y Mangareva).
Cinco años más tarde, en 1976, la perla de Tahití obtiene la denominación de origen por parte del Instituto Gemológico de América, además de otorgarle el reconocimiento del mayor organismo relativo a la joyería y orfebrería, de manera que, la perla de Tahití hoy día, supone un icono único de las islas y es una joya muy codiciada a nivel internacional.
Supone una de las principales fuentes de ingreso de la economía de Polinesia Francesa. La perla de Tahití, es un sector que, después del sector servicios, genera muchos puestos de trabajo. Esto es debido a que durante la producción de la perla de Tahití se requieren diversas manos expertas y supone un proceso largo y minucioso. Implica gran atención desde el momento de la recogida del embrión de la ostra, pasando por el injerto, colgado, observación y cuidado, hasta la extracción, al menos transcurridos 18 meses. La ostra que genera esta maravillosa joya es una especie muy delicada, y como comentábamos al principio, exclusiva del Pacífico: la ostra Pinctada Margaritifera u ostra de labios negros.
La calidad de la perla dependerá de tres factores:
En cuanto al último punto relacionado con los colores cabe señalar, que el título que recibe la perla endémica de Tahití como “perla negra” se debe a la particularidad de ese tono tan característico que se genera, y de hecho es el más codiciado. Pero debes saber, que no todas las perlas que se producen son de ese tono. La gama de colores resultantes de las perlas de Tahití es amplia y va desde el verde, pasando por el azul, dorado, plateado, violeta hasta llegar al negro antracita, que como decíamos, es de los más demandados junto a las perlas color arco iris y las conocidas como “ala de mosca” que cuente con un tornasolado verdoso.
Un dato muy curioso que nos permite hacernos una idea del grado de exclusividad de las perlas negras, es que de 100 ostras injertadas, unas 30 no resisten la manipulación y otras 25 a 30 rechazan el núcleo. De las aproximadamente 40 restantes, en torno a 5 unidades producirán perlas perfectas. Esto supone solamente un 2% del total de ostras cultivadas. Por esta razón, es lógico que el coste medio más bajo que encontramos de una perla ronde los 60€. ¡Está claro que la exclusividad de paga!
El misterio de la asombrosa gama cromática de las perlas de Tahití viene ocasionado por la especie de ostra que se emplea para su producción. La producción de estas perlas exclusivas sigue el mismo proceso que cualquier otra modalidad, solo que, el grado de exclusividad viene dado por la especie de molusco en la que se produce y su localización. Estas se forman en las lagunas de Polinesia Francesa.
La perla se genera porque en la ostra se introduce un cuerpo diminuto extraño, y la reacción del molusco es la de aislar dicho cuerpo. Por ello, va generando alrededor del mismo una película para impedir que el agente externo esté en contacto con el ser vivo. Se trata de una reacción de supervivencia y es así, como a partir de las finísimas capas de nácar, se forma la perla.
Son muy delicadas. Para su cuidado, los expertos recomiendan que al guardarlas, no sufran fricción con otras joyas. La podemos conservar en una bolsita de algodón. En cuanto a su limpieza, debemos ser muy cuidadosos ya que hay materiales y productos que podrían dañarla. Es recomendable que con una pizca de detergente diluido en agua, se frote muy suavemente, se aclare bien con agua y para terminar el proceso, la sequemos delicadamente con un trapo suave. ¡Y estaría lista para lucir!
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Tengo este dinero para viajar por persona
Comentarios (2)
Laura Soledad Villarreal
Dónde puedo conseguir una perla negra tonalidad ala de mosca para un dije, y cuál sería su precio. Gracias por su atención y espero respuesta
Triptahiti
¡Hola! Encantados de saludarte Laura. Como sabes, la cotización de las perlas depende de varios aspectos: tamaño, forma, brillo, color…
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Comentarios y opiniones sobre La perla negra de Tahití, descubre la joya de los Mares del Sur
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